miércoles, 3 de febrero de 2010

En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará.

Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.

Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.

Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.

Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.

Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto

En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.

Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.

El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,
Aunque contra mí haya muchos.

Gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado,
habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea exaltado Jehová,
Que ama la paz de su siervo.

Salmo 38:3-9 /55:17-18 / Romanos 6:17-18 / Salmo 35:27

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