viernes, 9 de enero de 2009

Tu Palabra es mi consuelo Señor

Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo

Abatida hasta el polvo está mi alma;
Vivifícame según tu palabra.

Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus estatutos.

Hazme entender el camino de tus mandamientos,
Para que medite en tus maravillas.

Se deshace mi alma de ansiedad;
Susténtame según tu palabra.

Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.

Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.

Me he apegado a tus testimonios;
Oh Jehová, no me avergüences.

Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.

Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.

Confirma tu palabra a tu siervo,
Que te teme.

Quita de mí el oprobio que he temido,
Porque buenos son tus juicios.

He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
Vivifícame en tu justicia.

Venga a mí tu misericordia, oh Jehová;
Tu salvación, conforme a tu dicho.

Y daré por respuesta a mi avergonzador,
Que en tu palabra he confiado.

No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad,
Porque en tus juicios espero.

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
En la cual me has hecho esperar.

Ella es mi consuelo en mi aflicción,
Porque tu dicho me ha vivificado.

Los soberbios se burlaron mucho de mí,
Mas no me he apartado de tu ley.

Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,
Y me consolé.

No hay comentarios: