jueves, 23 de abril de 2009

Señor que nadie vea a tus siervos como grandes, si no que a travez de nosotros vean tu grandeza y lo pequeños y fragiles que somos.

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,

Por tu misericordia, por tu verdad.
¿Por qué han de decir las gentes:
¿Dónde está ahora su Dios?

Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho.

Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.

El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,

Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.

Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;


Salmo 115:1-3 103:14-17

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