martes, 9 de septiembre de 2008

Confiad, yo he vencido al mundo dice el Señor.

No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;

antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;

en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,

en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra;

por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces;

como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;

como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.

No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón.

2Corintios 6:3-12



Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Juan 16:33

No hay comentarios: